Este verano, además de entre castillos (en
Jaén, en
Madrid, en Francia…), me he perdido por la
playas de Cádiz. Puro paraíso. Ese rollo
hippie, silvestre,
slow relaja a cualquiera: Caños de Meca, Sancti Petri, Tarifa, Conil… ay… quién pudiera estar ahí ahora, verdad?
Pues prepárate porque nos teletransportaremos a las playas gaditanas en 3, 2, 1…

¡tachaaaan…! ;-))
Hoy tendremos en el blog
playa, y playa de la buena, pero también
patrimonio.
Buscando por internet planes diferentes por la zona de Cádiz tuve la suerte de dar con la empresa de turismo activo «CultureSport Adventures», y en especial, con uno de sus socios, Tini, un licenciado en historia que lo mismo te explica los distintos conflictos bélicos, en qué consiste la almadraba… que te lleva donde (muy probablemente) den los mejores bocatas de lomo de toda la costa gaditana o te habla de deportes extremos y de otras cosas divertidas de la vida.
Contraté una ruta en bici por las
Torres costeras (
Torre Nueva, Torre de Castilnovo y
Torre de Guzmán el Bueno) que discurre por el arenal de las playas y por caminos paralelos a éstas (
playas del Palmar a Conil, pasando por el río Salado y el arroyo de Conilete). Esta ruta de «CultureSport Adventures», incluía recogida y entrega (vamos, que te olvidas del coche), alquiler de bici (de tu talla y casco) y servicio de guía particular. Fueron unos diez kilómetros de ‘pedaleo’ super entretenido entre torres, arena, marismas y pastos.
¡Bien!, de nuevo otra actividad que combina deporte y patrimonio merecedora de salir en el blog, como aquella otra en la que recorrimos felices de la vida el patrimonio industrial vasco en bici.
_TORRES COSTERAS.
Las
torres costeras de vigía (torres de marina, almenaras o guardas de la costa) son
torres exentas y aisladas, que se ubican en el litoral y que tenían como función primordial la
vigilancia marítima y la transmisión de
señales (con humo/fuego), aunque pudieron también ejercer funciones disuasorias mediante piezas artilleras menores. Su origen puede ser por exigencia de la Corona (
planta circular) o señorial, a menudo asociado a las pesquerías (torres de
planta cuadrada).
_LA TORRE NUEVA.

Dejamos atrás la divertida playa de el Palmar, y pedaleamos hasta encontrarnos con la Torre Nueva.
Se trata de un edificio de estructura troncocónica cimentada sobre un plinto de piedra, su fábrica es de mampostería de piedra y mortero de cal. Tiene un diámetro de unos 5 metros y una altura de unos 12 metros.
A la puerta situada a unos 3 metros de la base, se accede mediante una escalera retráctil (que se recoge hacia arriba). Posee una segunda planta, a la que se accede por una escalera de mano. En este nivel se dispone de cuatro ventanas rectangulares en cada uno de los puntos cardinales.
Su función fue la de vigía en conexión con el resto de torres del litoral.
Se observa que está restaurada recientemente (desconozco si con criterios adecuados o no…). Como podéis ver en las imágenes, no se ha librado del vandalismo al más puro estilo ‘
Isaak loves Dayana’ como en las paredes del Castillo de Montjuic.
La Torre Nueva está junto a la playa, tal que así:


Sin duda mi favorita. Quizás porque ese estado semi-ruinoso (aunque consolidado, creo) en el que se encontraba hacía que imaginarte lo que allí había acontecido 5 siglos atrás fuera fácil.
La
Torre de Castilnovo se trata de una torre de planta cuadrada, a la que se accede por una escalera de piedra adosada al muro, por la parte opuesta al mar. Está labrada con piedra ostionera (roca sedimentaria muy porosa formada por restos de conchas marinas), trabada con mortero de cal, reforzándose sus cuatro esquinas con sillares.

En el interior se adivina la existencia de forjados a diferentes niveles, a los que se accedía por el hueco de escalera, de sección circular, situado a la izquierda de la entrada.
Actualmente no existen ni forjados, ni escalera, ni terrado. Todavía es reconocible (a nivel del suelo) el perímetro de la antigua la fortaleza, en torno a un patio de forma rectangular, con doble muro o estancias adosadas. Existen, además, en las proximidades ruinas de otras viejas construcciones. Tras el maremoto de 1755 sólo quedaría en pie la
torre.
_LA TORRE DE GUZMÁN EL BUENO.

Seguiremos pedaleando junto a la costa, entre la marisma y los pastizales, hasta adentrarnos en el casco urbano de Conil y descubrir la Torre de Guzmán.
El castillo de Guzmán el Bueno fue el núcleo en torno al cual fue surgiendo la villa de Conil de la Frontera. El lugar elegido para su emplazamiento no responde a necesidades de control del territorio, sino de defensa costera y de la población pescadora de las almadrabas. La obra del castillo fue mejorada notablemente en la segunda mitad del s. XV, con el auge de las pesquerías, por orden de D. Enrique de Guzmán, segundo duque de Medina Sidonia (ya que utilizaban el castillo como alojamiento durante la temporada de la pesca del atún).

La Torre de Guzmán es la torre del Homenaje del Castillo de Conil (del que hoy ya solo queda esta Torre, el lienzo norte de la muralla -con una torre circular en uno de sus extremos- y la Torre de la Vela) y estaba situada en medio del patio de armas.
Es una
torre esbelta de unos 18 m. de altura, de planta cuadrada de unos 7,5 m. de lado, con pequeños vanos y saeteras, con acceso por uno de sus lados y, primitivamente, también por su segunda planta desde el Castillo.

Su fábrica es de piedra ostionera y argamasa, presentando al exterior sus paramentos lisos, con sillares de piedra en los cuatro ángulos.
Interiormente está compuesta por dos pisos cubiertos con bóvedas baídas (cúpula cortada por cuatro planos verticales) de ladrillo. La comunicación entre ambos y con el terrado se realiza por una escalera interna de piedra cubierta por bóveda de cañón.
El remate de la torre es almenado, con torretas hexagonales sobre matacanes (volumen saliente, desde donde se puede mirar y protegerse/atacar al enemigo), en las cuatro esquinas.
Parece restaurada recientemente (quizás ‘demasiado restaurada’). Da la sensación de estar ajena al resto de la arquitectura coetánea, cuesta creer que esta torre pertenecía a un conjunto edificatorio.
_10 km, PLAYAS Y MUCHO PATRIMONIO.
Y el periplo en bicicleta por estas
torres costeras finalizó aquí. La vuelta fue ya más tranquila, disfrutando de esos atardeceres propios de la costa de la Luz.
Lo bueno es que ese día no acabó ahí y aún nos deparaba otra grata experiencia. Pusimos rumbo a Tarifa, donde descubrí uno de los hoteles más chulos en los que he estado: Hospedería Diez y Seis.
Vamos, lo que viene siendo un día agotador redondo… 😉

Si te gusta este turismo activo toma nota: ‘CultureSport Adventures‘.
¡Yo el verano que viene, repito seguro!
Te veo el martes, ¡buen fin de semana!
🙂
¿Conocías la historia de esas torres que siempre ves desde la toalla (yo confieso que no…)? ¿Conoces, en algún otro sitio de España, alguna otra empresa que combine deporte y patrimonio?… O si, sencillamente, también te chifla Cádiz y quieres contárnoslo, la sección de comentarios es toda tuya. A mí también me encantará leerte.
Fotografías por reharq* en agosto 2013 salvo la 5b (CultureSport Adventures)
Fuentes consultadas: CultureSport Adventures, artículos historiador Antonio Santos García 1 y 2 y MonumenalNet.
En reharq* no practico ni creo en ‘el corta-pega’. Valoro los trabajos de investigación, las fotografías y las opinones de los demás como si fueran las mías. Por eso siempre, nombraré y recomendaré la fuente, en el caso de que me base en material que no sea de mi propia autoría. ¡Haz tú lo mismo si compartes contenidos de este blog! 🙂
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