Hola, me llamo Libe y soy adicta a los espectáculos en vivo… :-p No recuerdo un cumpleaños de los últimos años que no incluya unas entradas a un espectáculo. Vamos, que mis ‘regaladores’ no lo tienen nada complicado. Pero de todos los escenarios, me quedo con el Teatro de Mérida y su Festival.

La primera vez que fui, sentí eso que no creía que un espectáculo podía producir: «piel de gallina»… Así que tuve que volver una segunda vez -la que hoy os cuento-, y no descarto una tercera.

 

Tesmoforias de Aristofanes_festival teatro merida_blog

 

reharq_teatro de merida_patrimonio_festival teatro clasico_2013

La idea inicial era asistir al 59 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida 2013 y ver Hécuba, de Eurípides, atraída por las brutales críticas que estaba teniendo, pero por fechas no pudo ser, así que finalmente disfruté de la última función de una chistosa adaptación de las Tesmoforias de Aristófanes. Y, a la mañana siguiente durante la visita a plena luz del día, el Teatro nos sorprendió engalanado para la siguiente función: Los Gemelos de Plauto.

Sin duda alguna, una forma diferente (y a todo color) de ver el Teatro.

 

DESDE EL AÑO 15 a. C.

El Teatro romano de Mérida fue construido entre los años 16 y 15 a. C., y recuperado a principios del siglo XX. Hasta entonces, lo único que no se encontraba enterrado bajo toneladas de tierra y escombros eran los siete cuerpos de las gradas superiores o summa cavea, razón por la cual los emeritenses bautizaron aquellas ruinas (que es lo que eran) como ‘Las Siete Sillas’.

ruinas_teatro merida_fuente loslugarestienenmemoria
El Teatro romano de Mérida se construyó aprovechando la ladera de un cerro, en hormigón (opus caementicium: cal, cantos y arena de río) forrado de sillares, y sus modificaciones a lo largo de la historia han sido continuas.
La cavea media era el lugar que ocupaban las categorías intermedias.
En la cavea ima se acomodaban los caballeros de la ciudad. Delante de la cavea ima vemos tres gradas más anchas y bajas (en las fotografías con sillas de plástico y fundas), donde los magistrados y sacerdotes de la ciudad disfrutaban del espectáculo sentados en sillas móviles.

teatro romano merida_cavea_las siete sillas

teatro de merida_gradas_escenario_proscenio

 

El escenario (proscenio rectangular o pulpitum) estaría cubierto de madera originalmente.
El frente de la escena (scaenae frons) es la parte más espectacular y característica del teatro, está estructurado en dos cuerpos de columnas. Todo se eleva sobre un podio decorado con ricos mármoles. En el frente escénico se encuentran tres vanos por los que accedían los actores al escenario: el central, la valva regia, rematada en dintel sobre el que se asienta la estatua de la diosa Ceres (o Livia, la mujer de Augusto, deificada) y dos laterales –valva hospitalia-.
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Tras el muro del frente escénico se desarrolla un amplio jardín porticado cerrado por muros con hornacinas que fueron decoradas con estatuas de miembros de la familia imperial. En el eje de este pórtico, en línea con la valva regia y el espacio sagrado de la ima cavea, se halla el aula sacra, un pequeño espacio sagrado con una mesa de altar donde se honraba a la figura del divino Augusto. Este jardín, son las vistas que se disfrutan desde el bar donde muchos aprovechamos para tomar algo antes de dejar atrás el Teatro, aún invadidos por la magia tras
acabar la función
.
teatro de merida_patrimonio_festival teatro clasico_2013_jardin porticado_festival teatro merida_blog_bar

 

ARQUEOLOGÍA Y ‘RECONSTRUCCIÓN’

El arqueólogo José Ramón Mélida, en colaboración con Maximiliano Macías, en 1910 llevó a cabo una de las excavaciones arqueológicas de mayor envergadura hasta el momento, con el fin de hacer una ‘restauración’ por anastilosis (técnica de reconstrucción de los bienes arqueológicos o arquitectónicos que se encuentran en ruinas, por medio de la utilización de los materiales propios del monumento que se hallan derribados próximos al sitio arqueológico o edificio).
A partir de 1921 (por el arquitecto Gómez Millán) comienza la labor de levantar la ruina con los elementos que Mélida había encontrado en su excavación y su disposición según algunos diseños que él mismo había dibujado para
tratar de identificar cada pieza y el lugar donde correspondía.
En 1933 el arquitecto Aurelio Gómez Millán finaliza la escena del teatro y, desde ese año comenzó a albergar el Festival de Teatro Clásico de Mérida, que yo disfrutaría por primera vez en 2010 y que te RECOMIENDO que no dejes pasar la oportunidad de asistir.
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En los años 40, el arquitecto Félix Hernández Gutiérrez llevó a cabo labores de consolidación de la estructura del teatro y el derribo de la intervención de Gómez Millán ya que consideraban que había empleado los materiales de forma arbitraria y éstos eran poco adecuados con la realidad del edificio…
En 1962 se retomaron las obras (con la dirección de José Menéndez Pidal) y en 1979 se dio por finalizada la reconstrucción del Teatro. 
Esta restauración (reconstrucción) impidió que se hiciera un estudio del teatro desde sus inicios a la actualidad al destruir parte del yacimiento, además de estar fundamentada en ‘supuestos’ ya que no se disponía de ninguna fuente que asegurara cuál era el estado inicial del escenario. Aun así, y teniendo en cuenta los medios arqueológicos de la época, esta reconstrucción (acertada en un tanto por ciento e interpretada en el resto) ha permitido que una ruina llegue a nuestros días en su máximo esplendor y llena de vida.

MÁS MÉRIDA 

Desde aquí mis felicitaciones al Consorcio Ciudad Monumental de Mérida por la increíble labor que hacen por conservar, proteger y dar a conocer su patrimonio. Mención especial a Bruno Franco, uno de sus guías, por mantener el entusiasmo en su discurso a pesar de los 40 y pico grados, ‘aguantar’ a una blogger como yo, por ser ameno y muy profesional.
Pero si lo que quieres es seguir viajando (sin pasar calor) por Emerita Augusta, te invito a teletransportarte al
Templo de Diana y su reciente, a la vez que polémica, intervención de su entorno.
Templo de Diana_reharq_Mérida_patrimonio
Disfruta de estos días de vacaciones, ¡que te los mereces!
Un abrazo,
Libe




Y a ti, ¿también te flipa tanto este Festival, o ‘son ideas mías’? 
Si aún no has asistido, el programa de 2014 también promete…
Pd: la espinita de Hécuba me la quité en diciembre en el Teatro Arriaga (Bilbao). Si aquí me ENCANTÓ, no puedo ni imaginarme lo que hubiera sido verlo en Mérida… 😉
Fuente RECOMENDADA: Libro Historia de la arquitectura restaurada. De la Antigüedad hasta el Renacimiento. Autor: José Ramón Saraluce Blond.
Fuentes consultadas: turismo de Mérida y el blog Los lugares tienen Memoria
Fotos por reharq* en agosto 2013 salvo la fotografía histórica vía.
4 comentarios
  1. nacho san marcos
    nacho san marcos Dice:

    Fantástico Libe…¡¡¡ Es muy interesante ver cómo un teatro romano, o griego, para el caso da igual, se adapta a los eventos actuales veinte siglos después.. Sin duda que los trabajos de reconstrucción en el Teatro de Mérida, han sido modélicos siempre, por lo que hoy ha recuperado no sólo su función, también lo esencial de su forma. En ese aspecto creo que el camino es la anastilosis, pues otro resultaría excesivamente chocante. Y las posibles interpretaciones pidalianas ( siempre tiene controversia una restauración monumental) casi podemos considerarlas como pecados leves. Sobre la intervención en Diana…hay mucho debate

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    • libe
      libe Dice:

      Nacho, qué bien volverte a ver por aquí!

      Efectivamente, 'peccata minuta'… Sin duda alguna hubo espacio (comprensible para la interpretación en 1910, otra historia es que hoy con los avances que hay se sigan haciendo 'reconstrucciones sin ningún tipo de fundamento'… Como bien dices, no hay restauración monumental sin controversia.

      Gracias por tu aportación, 🙂
      Libe

      Responder
    • libe
      libe Dice:

      Gracias, Consuelo. Cuánto me alegra que te haya gustado el post.

      Además de por muchos otros motivos, el blog tiene un gran efecto beneficioso en mí, y es que 'me obliga' a revivir momentos emocionantes como este en el Teatro de Mérida que ya tenía algo olvidados…

      Gracias por animarte a comentar!
      Un abrazo,
      Libe

      Responder

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A mí también me encantará leerte.

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