Empecemos este 2015 en el blog en plan slow y vayámonos de rebajas. Hoy os traigo la excusa para irnos de shopping con la ‘coartada perfecta’.
Cuando llegues a casa con ese abrigo de pelo rosa que sabes que no necesitas que debes tener pues fue un must de la temporada de invierno; o con esa americana con coderas igual de clasicorra que las otras 12 que tienes con un diseño rompedor pero sin perder la elegancia… XD, siempre podrás autoconvencerte pensar que saliste de casa con la idea de ‘culturizarte’ pero que el destino puso ante ti ESA prenda que no pudiste dejar escapar…
Esto será posible si decides ir de compras a Zara Salamanca, en la concurridísima calle Toro, una TIENDA que ocupa la iglesia del antiguo convento San Antonio el Real.
El convento inicia su construcción en 1732 sobre una casapalacio propiedad del Conde de Amayuelas. Las obras no se llegaron a terminar (he leído que aunque en un principio fue proyectado como hospital y enfermería, finalmente derivó en convento…) y, en 1840, la desamortización llevó a que las ruinas fueran subastadas, vendidas por partes y utilizadas como vivienda. En el siglo XX, en los bajos del edificio se ubicó una oficina bancaria. En 1997 el convento San Antonio el Real que declarado Bien de Interés Cultural y, finalmente, en agosto de 2005 es reutilizado como una tienda-Zara espectacular.
DE CONVENTO A ‘TEMPLO DE LA MODA’… 😉
Muchas tiendas de moda aunque, lamentablemente, no todas con tanto acierto y respeto hacia la arquitectura existente en su intervención, están recuperando una parte del patrimonio histórico de las ciudades.
El convento San Antonio el Real es un gran afortunado por la magnífica rehabilitación llevada a cabo por la arquitecta Sonia Vázquez, quien ha sabido rescatar y potenciar los valores arquitectónicos e históricos existentes, otorgándoles la importancia que se merecen y, a la vez, dar un uso respetuoso, vital, dinámico y renovado al edificio.
La rehabilitación duró 8 años y es que, como en la mayoría de proyectos de intervención en un edificio protegido, al ‘pobre’ (hay que ver lo guasón que puede llegar a ser este idioma…) Amancio Ortega también le crecieron los enanos entre permisos varios, asociaciones en defensa del patrimonio y cumplimiento de normativa.
La nave central de la iglesia es ocupada por un volumen exento de acero y vidrio con cuatro niveles. Alucinante poder ver la cúpula (situada a 22 metros de altura) de ‘tú a tú’ y ver ‘a vista de pájaro’ el crucero mientras salseas algo de ropa… 😉 Los probadores quedan ‘camuflados’, con una solución muy acertada, en una de las alas de la iglesia.
Este volumen de arquitectura moderna se diferencia y, a la vez, enfatiza la arquitectura barroca que lo rodea.
PATRIMONIO, TURISMO Y POLÉMICAS VARIAS
El turismo es, a día de hoy, el principal motor económico de España. Debemos tener en cuenta que muchos de los extranjeros que nos visitan acuden en masa a Zara, ya que en sus países las mismas prendas están a precio de ropa de firma. Por lo que me parece muy acertado apostar por la arquitectura histórica como reclamo tanto para los amantes de la cultura como para los aficionados a la moda. Sin duda, una forma de acercar el patrimonio a un público con otros intereses.
Zara Salamanca se puede visitar de 10 h. a 21 h. de lunes a sábado. Su entrada es gratuita. No estás obligado a comprar nada. Te permiten hacer cuantas fotos quieras, con flash, sin flash y, si te pones, hasta selfies… 😉
La primera tienda que visité, que utilizaba un edificio emblemático como reclamo e imagen fue Zara Roma, ubicado en la Galería Colonna. Me sorprendió la exquisitez en la combinación de la arquitectura histórica y la actual, lo que hizo ampliar mis miras (lástima que aún no fuera ‘blogger en potencia’ y no hiciera un repor fotográfico de aquel LUGAR).
Si los italianos, que tienen
una cultura-educación muy vinculada al patrimonio (y una situación económica tan regulera como la nuestra), apuestan por
promotores privados para la restauración de sus monumentos, no veo por qué nosotros debemos seguir defendiendo, algo que es insostenible a todos los niveles, un patrimonio 100% público. Público, en muchos casos, está significando: abocado a la ruina, olvidado, desatendido, inabarcable, económicamente no rentable…
Como principio está muy bien (pero que muy bien) pero dista mucho de esta realidad económica que, por desgracia, también está afectando a nuestro patrimonio patrimonio.

Sé que este es un tema polémico (como siempre, la sección de comentarios, Facebook, Twitter y mail están a tu disposición para escuchar tus opiniones) pero, sin meterme en muchos jardines, sí que quiero reivindicar desde reharq* que un patrimonio sin vida y sin un proyecto económicamente viable, es un patrimonio muerto. Aquí podéis ver otra puesta en valor del patrimonio llevada a cabo por otro miembro de la lista de Forbes: el templo de Mitra en Londres.
Por otro lado, me enfurecen muchísimo los tejemanejes llevados a cabo para rebajar los grados de protección del edificio al libre antojo e interés de
asaberquién, así como esas titularidades que están en el limbo porque nadie quiere hacerse cargo del edificio (como ocurrió con el
Monasterio de San Antolín de Bedón ) o esos edificios públicos que pasan a ser privados siguiendo las mismas artes nada éticas que os comentaba al principio del párrafo…
Además, considero que el hecho de que estas cadenas de ropa ‘se hagan’ con todas las calles, restan personalidad a nuestras ciudades. Ojo, a mí me encantan las tienditas pequeñas y soy de esas ‘mujeres jóvenes’ que van al mercado y se saben el nombre del pescadero, pero he de reconocer que los promotores privados, como es el caso del post de hoy, que apuestan por nuestro patrimonio con 0 coste a los contribuyentes son, en estos momentos, una salvación.
SALAMANCA, UNA CIUDAD DE LO MÁS ‘PASEABLE’
Hacía aaaaaaños que no iba a Salamanca. La última vez fue con amigas de la carrera en un viaje que organizamos con un trasfondo «culto arquitecturil» pero la realidad es que nos doctoramos cum laude en tapas y pubs…
¡Y lo que me ha GUSTADO volver! Salamanca es una ciudad con una escala muy humana, por lo que además de recorrer toda esa arquitectura que en su día me quedó pendiente, nos dedicamos a ‘pasearla’ y a hacernos con rico embutido salmantino del que hemos dado buena cuenta estas Navidades! 😉
¡Deseo que hayas empezado este nuevo año con muy buen pie!
¡Por lo pronto, 2015 nos regalará 50 martes en los que no
faltará el patrimonio del bueno!
¡Hasta la semana que viene! 🙂
Muy bueno Libe… Estoy totalmente de acuerdo contigo en el uso público de nuestros monumentos, pues como bien dices, garantiza su conservación. Incluso cuando se trata de un uso diferente al inicial, se plantea una hibridación arquitectónica, que ha dado frecuentemente muy buenos resultados. Tú misma has expuesto varios casos ejemplares en Reharq. Se ha invertido mucho estos años atrás en conservación patrimonial sin previsión de destino concreto ni de gestión. Incluso se han hecho obras parciales de emergencia, de cirujía arquitectónica : tejados, consolidaciones, limpiezas, fachadas… que con el paso del tiempo y la larga crisis que ha paralizado todo, acabarán igual que estaban, en ruina.
No todos los casos tienen la fortuna de ser Zara, pero recuerdo ahora mismo otras intervenciones paradigmáticas, como la Librería Selexyz de la iglesia gótica de Maastrich (Merkx+Girod Architects), o la brillante rehabilitación de San Agustín en Valladolid, para Archivo Municipal, de los Arquitectos Primitivo González y Gabriel Gallegos. En cuanto a Salamanca, la discreción exterior de la fachada, que cede el protagonismo al edificio en vez de a la firma, la caja exenta de cristal, su estructura portante y modular, la iluminación interior y su forma, las lámparas geométricas exteriores, y la solución de probadores, que ha hecho Sonia Vázquez es un total acierto.
Gracias por el reportaje Libe… como siempre fresco, alegre y preciso en la información
Me encanta!
Creo que el acierto de esta intervención estuvo en el diseño de los cajones interiores. Estructuras funcionales de carácter mobiliar que dejan exento el edificio histórico. Un trabajo bien hecho por los responsables de la Administración salmantina resolviendo con Zara la melange.
Antoni González en “La restauración objetiva” recoge unas acertadas palabras de Jeroni Martonell: “Lo ideal sería no tener que restaurar sino conservar los edificios con cuidado constante. Pero si hay que añadir algo a un monumento, la mezcla de estilos es un signo de vida”. Y yo añado: para que haya una mezcla de estilos tiene que haber una intervención, sino, como bien dices, los edificios se dejan morir.
Totalmente de acuerdo con este post, en todos los sentidos 🙂 Creo que a veces la virtud está en el término medio, y ni todas las intervenciones públicas con ejemplarizantes, ni todas las privadas son irrespetuosas con el patrimonio, como bien muestras hoy.
Otro destino en la lista, habrá que volver a Salamanca!
Sheila
Yo también me declaro a favor. Me parece un buen ejemplo de convivencia que permite la conservación de lo histórico.
A mí me mola el proyecto. Lo visité y me pareció una buena intervención. Sonia es profe de proyectos en la etsac.
A mí con las fotos y explicaciones de Libe me parece estupendo, pero tendría que verlo en persona XD
Es interesante el cambio de «Templo de Yahvé» a «Templo de Mammon» 😉 El espacio no ha perdido calidad.
Coincido, la intervención aporta valor. Me has hecho googlear Mammón… GENIAL comparación. #tantaeducaciónreligiosaparaesto 😉
Como siempre, genial!
Gracias (como siempre). Me alegra que hayas disfrutado el post!
Tengo que confesar que cuando veo un gran cartel de obra en un edificio histórico que contiene la palabra REHABILITACIÓN, me suelo sobresaltar. Todos conocemos demasiados ejemplos que han resultado un desastre.
Por eso me ha gustado tanto tu post, porque me recuerda que cuando la propiedad (pública o privada), el equipo técnico y la endiablada burocracia ponen de su parte y consiguen entenderse, los resultados pueden ser excelentes.
Estos proyectos son estupendos ejemplos para dejar de "sacralizar" el patrimonio. En España aún no hemos conseguido encontrar el término medio en la mayoría de los casos. O se toman las cartas de restauración al pie de la letra y se radicaliza enfocándolo a un uso público y turístico o se destruye sin contemplaciones todo lo que no sea BIC (a veces incluso esto, por simple dejadez).
Tenemos que aprender que existe ese término medio. Que conservar fachadas haciendo un uso bastardo de la legislación en la que verdaderamente lo que se busca es no tener que retranquear, es falsear la evolución arquitectónica y urbanística. Aprender que los cascos históricos se pueden dedicar a otros usos (como demuestran los italianos con los proyectos de Alberghi Duffusi) y que hay soluciones como esta para integrar la vida actual en lo heredado.
Así que, gracias por este post en particular y por el trabajo del blog en general, contribuyendo a esa nueva mentalidad tan necesaria. Muy fan.
Menuda combinación explosiva para las mujeres y si son arquitectas más aún, poder pasarse horas y horas detrás de la fachada mixtilínea del convento de San Antonio el Real, entre arcos, vestidos, volutas, abrigos, lunetos, cazadoras, frisos, camisas, triglifos, blusas, métopas, tops, arquivoltas, chalecos, cruceros, pantalones, girolas, camisetas, ciborios, polos, púlpitos, faldas, y capiteles y ya no saber si estás haciendo acopio para sentirte modelo de la pasarela Cibeles o estás rememorando una clase de análisis de formas … o mejor aún, las dos cosas 😉
Ahora en serio, también serían unos buenos mecenas del patrimonio público los bancos privados y dotar estos espacios arquitectónicos con oficinas de atención al público, pero eso sí, cabría la posibilidad de que entre permisos varios, asociaciones en defensa del patrimonio y cumplimiento de normativa, a los “pobres” banqueros también les crecieran los enanos, y por supuesto aunque la entrada a la oficina bancaria fuera gratuita, no estoy yo muy seguro de que el director no intentara que salieras con algún tipo de vinculación con este. 😉
Enhorabuena Libe.
Un abrazo.
El otro día lei un artículo sobre el zara de Salamanca en El Mundo, creo… y pensé: «ja! estos los reharquianos ya lo sabíamos»
En este tipo de actuaciones casi siempre falta algún elemento mediador que explique los orígenes del edificios reutilizado. Info que interesa y beneficia a todos, incluida la empresa, que conseguiría mayor valoración pública de la reforma.
Es un proyecto de intervención que o enamora (yo confieso!) o se tilda de barbaridad y perversión consumista en un convento!
Un convento que ya había sufrido una primera conversión en viviendas durante el s. XIX.
Primera diferencia: ahora se puede visitar.
Además, observando la fachada se pùede ver que la cosa no cuadra mucho con una iglesia.. ¡Un caso bien interesante!
Ya podría don Amancio poner otro Zara , esta vez Santa María de la Zarza en Ribas de Campos (Palencia), pues por lo que se ve no goza de ningún aprecio ni de las sucesivas autoridades locales,ni de la Diputación, ni de Cultura… Se está perdiendo por minutos una maravilla de monasterio.
Pena de país, paisaje y (sobre todo) paisanaje.
Muy buen articulo. Gracias por compartirlo.