El reciente histórico apretón de manos entre Obama y Raúl Castro ha hecho que reviva el ambiente de la Fábrica de Arte Cubano (FAC), uno de los tantísimos lugares que visité en mi viaje a La Habana con motivo de mi participación en las XI Jornadas Técnicas de la cátedra Gonzalo de Cárdenas de Arquitectura Vernácula (auspicidas por la Oficina del Historiador de La Habana).
La Fábrica de Arte Cubano (FAC) es un proyecto cultural que tiene su sede en la antigua fábrica de aceite ‘El cocinero’, símbolo de la hegemonía del rico patrimonio industrial habanero. Este espacio cosmopolita, sito en el barrio de Vedado, está en las antípodas de La Habana más conocida: la de la bachata ligera, el malecón y la libreta de racionamiento.
Si no fuera por ese rico calorcito que se sentía (pese a ser una noche de marzo) bien podrías encontrarte en… Berlín, por ejemplo. La ‘nueva Cuba’ lleva un tiempo dejándose ver con espacios alternativos como estos. Cómo se sufraga este proyecto y si el cubano medio puede costearse la entrada y las copichuelas en tremendo local, eso ya es otra historia (y da para otro blog)…
CREACIÓN ARTÍSTICA CONTEMPORÁNEA CUBANA
Laboratorio artístico e incubadora creativa son algunos de los adjetivos utilizados para describir este proyecto cultural que busca aunar entretenimiento y lo mejor de la creación artística contemporánea cubana.
“Cuando yo era niño, recuerdo pasar por al lado y recoger maní verde que se salía de los sacos a través de la cerca”.
“El aceite El Cocinero era un aceite puro de maní. La lata era verde, recordando las de aceite de oliva español, y tenía la foto de un cocinero con una espumadera en la mano. Ese era un aceite muy popular por ser barato y de producción nacional. La revista Bohemia y Vanidades anunciaban mucho el producto”.
“Fue uno de los primeros edificios de La Habana que contó con un luminoso de neón”.
“El cocinero fue en los 90’s unos almacenes del Ministerio de la Pesca. En los bajos de la chimenea había un deposito de granos (arroz, frijoles, etc.). Según un amigo que trabajaba en la pesca este sitio era quien abastecía los barcos que salían a la mar”.
“La fábrica de aceite El Cocinero era un orgullo de la industria latinoamericana. Producía aceite de maní que ya en esa época se anunciaba como ‘libre de colesterol’, hasta se exportaba a varios países de América Latina. Parece que lo único que ha quedado de esa antigua fuente de riqueza, empleos y alimento es una terca y anciana torre.”
VIVIR LA VIDA
Además, sin buscarlo, encontré lugares dignos merecedores de un post monográfico:
– la paladar La Guarida (un oasis de comida deliciosa y decoración kitsch en un edificio en decadencia del siglo XIX)
– el Museo Farmacéutico de Matanzas (el único del mundo que se conserva en tan buen estado)
– una maravilla de ciudad, La Habana en sí misma.
En el momento de la fotografía, en el ipod del ‘cocotaxista’ sonaba ‘Vivir la vida’ de Marc Anthony… 😉
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