Hoy descubriré un pedacito de la historia de Madrid a través de un hotel que pasa directamente al pódium de la sección
hoteles chulos by reharq.
Revivir estas fotografías de la Posada del León de Oro ha sido un regalo, ya que me han teletransportado a uno de mis veranos más disfrutones, el de 2012, y a aquella noche en la que dormí estupendamente, y si también eres de esas personas que solo duerme bien en su cama (así estés en la mejor suite del mismísimo Ritz) sabrás el valor que esto tiene.
El hotel se encuentra en pleno Madrid de los Austrias, a un paso de la Plaza Mayor.A pesar de que esto suene ‘tope madrileño’, madrileños era lo que menos abundaba por esas calles. De hecho, el maître del restaurante de enfrente del hotel ‘La Posada de la Villa’ nos comentó que habíamos sido los primeros clientes no-guiris del día… (aunque tampoco me extraña con esos ‘precios altitos’ que tenían; eso sí, todo riquísimo). En cualquier caso, su ubicación es excepcional.
De la misma manera, por la mañana aprovechamos para tomar el aperitivo en el Mercado de San Miguel (ídem de ídem, poquito madrileño) que se encuentra muy cerquita del hotel.

Fachada original del s. XVIII. A la derecha, una de muchas fotos históricas que ambientan la zona de cafetería.
Dado que el edificio tiene según el catálogo de protección patrimonial de la Comunidad de Madrid una una protección estructural, se respetaron -en cierta manera- la escalera (el lugar donde se encontraba), la estructura (viguería y pilares de madera, tan solo fue posible conservar del 10% al 20% de la original pero no se hizo el vaciado del edificio, sino que fue una sustitución continuada de piezas) y la fachada (es la original s. XVIII, siendo la más antigua de la calle Cava Baja). La dirección facultativa fue a cargo del arquitecto Ángel Sánchez-Bernuy.


Algunas habitaciones, la recepción, la cafetería y el comedor dan a este patio de corrala.
Desayunar ahí no es cualquier cosa, créeme. El desayuno buffet (además, podías pedir lo que quisieras a la carta y te lo traían recién hecho) merece mucho la pena.
HISTORIA, RESTOS ARQUEOLÓGICOS Y TURISMO
Se respira historia. Tiene su gracia alojarse en el mismo lugar donde antaño lo hicieron viajeros dicharacheros, espadachines y comerciantes.
La tipología arquitectónica recuerda a una época pasada con esas corralas tan propias de Madrid. Las ruinas arqueológicas te retrotraen al s.XII, cuando aún las murallas cumplían la función de elemento defensivo. A partir del s.XV, cuando las batallas se trasladaron a los reinos de taifas, esta muralla empezó a hacer la veces de muro en el que se apoyaban las nuevas construcciones.
Con el paso del tiempo, la cava (el foso) fue rellenada, colmatada y empedrada, dando lugar a la calle donde se encuentra el hotel.
Tal y como vimos en el
hotel Vincci Posada del Patio, en Málaga, la aparición de restos arqueológicos, ralentiza el ritmo preestablecido de la obra (porque no debemos olvidar que, por lo general, los
restos arqueológicos y el suelo son propiedad de las comunidades/ayuntamientos… por lo que los técnicos municipales empiezan también a formar parte de la obra), aunque al final de todo el proceso (una vez limpiados, restaurados, musealizados y puestos en valor los restos) son un atractivo especial para el hotel. En mi caso, por ejemplo, el
reclamo principal para escoger este hotel en Madrid dentro de su amplísima oferta hotelera.
LAS HABITACIONES, ESE LUGAR DONDE DORMIR A PIERNA SUELTA… 😉
Pero no solo de historia y arquitectura vive el viajero. También nos gusta que los hoteles sirvan para descansar, porque Madrid es ya en sí mismo un lugar para patear con mucha historia, mucho shopping del bueno y con una magnífica oferta cultural para disfrutar.
El toque cálido, cómodo y tranquilo viene de la mano de las decoradoras Isabel Cortés y Pilar Sánchez Jurado que mediante tonos claros y líneas rectas (tildado con algunas piezas más especiales) logran que te sientas como en casa, que es al fin y al cabo lo que todos los hosteleros desean.
¿A que el hotel ‘tiene su cosa’?
P. D. : Para los curiosos: el nombre de ‘El león de Oro’ viene de la adaptación fonética al castellano de ‘Lit on dort’ (‘en la cama se duerme’), por lo que aquel plácido sueño del que os hablaba al inicio del post cobra aún más sentido.Me queda aún mucho Madrid por conocer, su historia y esa vidilla que se respira me engancha. ¡Si quieres hacer tu aportación al post de hoy, la sección de comentarios es toda tuya! A mí también me encantará leerte. También vía mail o en twitter.
(Por cierto, si te llamas Nerea y hoy cumples 34 años… zorionak! ;-P)
Fotos por reharq* en septiembre de 2012
Fuentes consultadas: 1 y 2
Perdón, 'el fantasma de blogger' ha elimando los comentarios anteriores… Decían así:
José Ramón Vozmediano Cebrián:
"¡Vaya blog chulo y fresco! Te podría recomendar un sinfín de sitios bonitos para que visites.
Felicidades."
Libe_reharq respondió:
"Muchas gracias, José Ramón.
Por supuesto que se aceptan recomendaciones, sobre todo si son 'de sitios chulos como este'.
Actualiazo el blog martes y jueves, serás bienvenido siempre que lo desees.
Una vez más, muy agradecida por tus palabras.
Libe"
José Ramón, muchas gracias por dejar tu comentarrio.
Habré pasado mil veces por la puerta de este hotel y nunca nunca me he asomado, creo que ya va siendo hora. Gracias por dármelo a conocer!
fd: Una madrileña despista y siempre corriendo…
Uy… eso me pasa en Bilbao todos los días…
Menos mal que gracias a reharq.com estoy redescubriendo muchos lugares en Bilbao que antes, por ir siempre a mil, no había reparado en ellos.
Por cierto, que si, que vale, 'que en Madrid no hay playa'… pero a mí me encanta! 😉