Aunque sobran las razones para conocer Formentera, el festival de música SON Estrella Galicia Posidonia era la excusa perfecta para alargar la sensación de veraneo y descubrir la isla fuera del abarrotamiento de la época estival.
Este festival tiene dos puntos que lo convierten en un plan apetecible.
Por un lado: un tercio de lo recaudado se destina a la preservación del medio ambiente. El festival apoya el cuidado de la planta posidonia: un «pulmón de mar» que emite más oxígeno a la atmósfera que los bosques terrestres.
Y, por otro, el programa ofrecía actividades culturales entremezcladas con conciertitos de música electrónica al atardecer en Es Cupina, lujo hippy chic en el hotelazo Gecko, escenarios sorpresas en entornos naturales… o desfase bailongo en Blue Bar de playa Migjom.
DESCUBRE FORMENTERA CON EL FESTIVAL SON ESTRELLA GALICIA POSIDONIA
SON Estrella Galicia Posidonia tiene un aforo de 350 personas, por lo que se trata de un festival de bajo impacto para el paisaje de Formentera. Tanto los escenarios de los conciertos como los artistas son sorpresa. Esto nos permitió conocer puntos de la zona norte y sur de la isla. Además, pudimos elegir entre varios walkabout, para descubrir los aspectos más paisajísticos de Formentera en contacto con la naturaleza.
Yo me decanté por el camino de Sa Pujada que, entre otros hitos, tiene una cueva que encerraba leyendas en torno al miedo. Hasta que en 2019 ocurrió un hecho fantástico y el aura de la cueva tornó a serenidad… 😉
CAMINO DE SA PUJADA
El camino de Sa Pujada es el más antiguo (¿quizás también el más bello por permitir ver la costa «desde las alturas»?) de Formentera, pues unía un monasterio agustino ubicado en La Mola con el puerto.
Se dice que en el año 826 desembarcó en Formentera, huyendo de las huestes musulmanas, una congregación de frailes ermitaños procedentes del convento de San Felipe, en Jávea. Cuando en 1235 los cristianos reconquistaron las pitiusas, concedieron tierras y viñedos en La Mola a estos frailes, que aprovecharon para erigir allí el Monasterio de Santa María, del que no queda ni rastro (creo recordar que un chalet acampa sobre sus restos). Cositas que pasan.:-/
El camino que recorrían con sus carros, desde la montaña hasta el puerto, es el que estamos a puntito de descubrir. ¡Comenzamos!
MIRADOR DE SES PETJADES DEL DIABLE
Tras caminar en medio de sabinas, pinos, enebros, cepellón y romeros, llegamos al mirador de Ses Petjades del Diable (‘huellas del diablo’), a escasos 200 metros de altitud.
Este camino, desde donde deleitarse con sus espectaculares vistas, tiene hoy un uso turístico-deportivo. Pero hasta 1920, momento en el que se construyó la actual carretera, era la única vía de comunicación del pueblo de La Mola del Pilar con el resto de Formentera.
LA LEYENDA DE LA CUEVA DE SA MÀ PELUDA
Cuentan que en uno de los desembarcos de piratas, uno de ellos no pudo escapar de los garrotazos de los formenteranos y decidió cobijarse en esta cueva.
Y aquí es donde comienza la leyenda de la cueva de Sa má peluda (la leyenda con más fases de todas cuantas he escuchado jamás):
- 1ra. Cuando el hambre apretó al pirata, este salió a buscar comida y halló una cabra muerta de la que dio buena cuenta en la cueva. Posteriormente, para guarecerse del frío, colgó la piel de ésta en la entrada de la cueva. La cabra no debió de sentarle muy allá, y el pirata murió.
- 2da. En un nuevo ataque de los piratas, que resultaban ser moros, un pescador se adentró en la cueva, hizo un fuego con rastrojos y sopló y sopló una caracola mientras movía la piel de cabra que desde fuera parecía una espeluznante ‘mano’. Los piratas huyeron despavoridos camino abajo. Mientras, el fuego se encargó de quemar la piel con forma de má, motivo por el que la cueva se denomina de esa manera.
* El guía nos contó otra fase que versaba sobre un niño que, tras adentrarse en la cueva, le dijo a su padre: «Papá, he conocido al miedo». Demasiadas fases para alguien que se había dejado las neuronas de vacaciones en la península XD… Así es la magia de las leyendas. En ocasiones, aparecen historias paralelas, datos fantásticos y nuevos personajes para enriquecerlas.
- 3ra. La maléfica tradición de este espacio cambió el 12 de octubre de 2019. Este día llegó a la cueva un ángel venido desde Detroit, Holly Miranda, que con su voz, guitarra y miradas nos deleitó y limpió de mal fario el lugar 😉
Tras este inesperado momentazo, seguimos avanzando por el camino. En breve, la senda se transformará en adoquinada, motivo por el que con cierta incorrección al camino de Sa Pujada se le denomina Camino romano. En el s. XVIII fue restaurado por presos que hacían trabajos forzados, una mano de obra que también se llegó a emplear en la industria salinera.
Ya a nivel del mar, es momento de mirar hacia el acantilado, y observar el macizo de La Mola que acabamos de descender.
LOS VARADEROS (ESCARS)
Estas arquitecturas efímeras construidas con piedra y/o enteramente con madera (bueno, o con lo que se tenga a mano, a juzgar por la fotografía, la uralita también va bien 😉 son rudimentarios refugios que sirven para alejar las barcas de la furia impredecible del mar. Dan cobijo a los llaüts y botes, que ascienden hasta los varaderos a través de unas guías de sabina y travesaños.
Los varaderos están declarados Bien de Interés Cultural. Este, en concreto, se denomina Pou d’es Verro. Su topónimo deriva de un pou des verro (‘pozo del verraco’) que antiguamente servía para abrevar el ganado de La Mola. En la actualidad hay uno nuevo, desplazado unos metros, pues el original se llenaba continuamente de agua salada.
PUERTO ES CALÓ
Hoy cuesta imaginar que el puerto de Es Caló de Sant Agustí fuera un puerto relevante. Pero durante un tiempo fue el punto de llegada y salida de mercancías hacia la isla Ibiza.
De aquí, por ejemplo, partió la piedra de Marés para la construcción de la muralla de Ibiza (cantera cercana al camino), corteza de pino, madera, placas de hielo (incluso entrados los años 80)… y el licor ideado por Joan Marí Mayans. Este pescador de Es Caló comenzó a destilar frigola y licor de hierbas aquí, antes de que su negocio se convirtiera en la principal destilaría de Ibiza.
LA POSIDONIA
Si algo llama la atención desde el camino de Sa Pujada son las aguas cristalinas que envuelven a la isla. Esta espectacularidad de agua es debida a la presencia de la pradera de posidonia oceánica que ejerce el papel de depuradora natural. Su importancia ecológica es tal, que en 1999 fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, dentro de la denominación «Ibiza, biodiversidad y cultura».
Como muchas plantas, la posidonia sigue un ciclo vital a lo largo del año con la consecuente pérdida de hojas durante el otoño, la hibernación o la floración durante los meses de primavera. Su presencia es vital para evitar la erosión de los fondos gracias a sus raíces, además de proteger el litoral de los temporales con las hojas muertas que se depositan en las orillas durante el otoño.
La conservación de este espacio ecológico es prioridad para Formentera, motivo por el que ha tomado medidas como la regulación del fondeo o el proyecto Save Posidonia Project que tiene como objetivo proteger la posidonia y concienciar a las personas sobre el importante papel que juega en el ecosistema marino de la isla.
Con la aportación de un tercio de las entradas, el festival SON Estrella Galicia Posidonia ha apadrinado en esta tercera edición 15.000 metros cuadrados de esta planta marina. Cuando pagué el abono tuve esa misma gratificante sensación que también obtengo al abonar la entrada a un monumento para ayudar a su restauración o al contribuir con otra causa social.
No cuesta tanto, y entre todos, podemos hacer acciones inmensas.
#POSIDONIANDO
Adiós, veraneo.
Hola, cambio de armario.
Menos mal que mi melena aún conserva algún granito de arena a modo de suvenir del colofón del verano ever.
La sección de comentarios es toda tuya
A mí también me encantará leerte.