Cubierta ♥ para la ruina de la iglesia del Monasterio de San Juan (Burgos)

Ayer se fallaron los premios Europa Nostra / Unión Europea del Patrimonio Cultural 2018. Éstos ya han sido protagonistas en el blog a través de las exquisitas intervenciones realizadas en Las seis iglesias de Lorca, el Teatro de Cartagena, el Caminito del Rey, Salinas de Añana, paisaje cultural de los Olivos Milenarios del Territorio Sénia, Teatro romano de Medellín, Murallas de Vitoria, el Capricho de Comillas, Circo romano de Tarragona

Pero aún estaba pendiente salir en esta bitácora del #patrimoniodelbueno uno de mis galardonados preferidos: el Monasterio de San Juan (Burgos), premiado en la pasada edición.

TODO EMPEZÓ EN EL s. XI…

Los orígenes del Monasterio de San Juan se remontan al siglo XI, cuando el monje francés Lesmes se instaló en este lugar al frente de una comunidad de doce monjes, con la idea de poner en marcha un pequeño complejo asistencial al servicio de los peregrinos jacobeos.

Nada queda del antiguo edificio románico de la época del santo fundador, que fue proclamado patrono de la ciudad en 1511. La primitiva fábrica monacal vivió un momento de enorme transformación a mediados del siglo XV, a raíz del incendio que se produjo en 1436, que destruyó totalmente la iglesia.

Ese año se integró en la congregación de San Benito de Valladolid, comenzando una nueva etapa espiritual y cultural que no concluyó hasta la desamortización de Mendizábal, en 1836. A partir de entonces, se inicia un periodo de usos diversos y de abandono que acabó con la ruina de buena parte del edificio.

La iglesia monástica tenía tres naves, crucero y una capilla mayor. La cubierta debió estar formada por bóvedas góticas con nervios rectos, formando una rica tracería de forma estrellada. Su autoría se atribuye a Juan de Colonia, arquitecto alemán maestro de obras de la Catedral de Burgos.

La única zona del monasterio que mayoritariamente se conserva es el claustro, cuya construcción data de finales del siglo XVI. Hoy en día, estos espacios son la sede del Museo Municipal Marceliano Santa María.

SOBRE EL CONTINENTE

El cuerpo central de la fachada principal del Monasterio de San Juan se transformó a un estilo eminentemente clasicista a finales del siglo XVI o principios del XVII. A comienzos del siglo XIX, se produjeron una serie de intervenciones que dotaron al conjunto de un carácter mucho más sobrio.

La espadaña pasó a convertirse en el cuerpo de la torre que hoy aparece visible. Muy notables, dentro de la arquitectura proto-barroca burgalesa, son los pórticos simétricos laterales que flanquean la portada principal. Constan de una zona baja compuesta por tres arcos individualizados por pilastras pareadas y un escudo en el centro que rompe el entablamento. En el segundo piso aparecen tres vanos a modo de balcones adintelados.

vía Burgospedia (autor desconocido, fecha anterior a la intervención)

 

La intervención de la cubierta de la iglesia del conjunto monástico ha tenido especial cuidado en minimizar el impacto visual desde el acceso del Arco de San Juan. Desde este punto, la percepción de la intervención es mínima, ya que la cubierta se ha ido adaptando a las diferentes alturas de fachada, torre y cubiertas para permanecer en un claro segundo plano frente a los restos preexistentes de la fachada que da a la plaza de San Juan.

 

 

Por el contrario, si nos situamos en la parte posterior del monasterio de San Juan (calle Alvar García o calle Calzadas), donde la ciudad y el urbanismo cambian de manera radical hacia unas características mucho más contemporáneas, los planos de cubierta toman mayor protagonismo a través de un tamiz de árboles que rodean buena parte de las ruinas del monasterio.

 

vía BSA arquitectura (autor desconocido)

 

CUANDO LA IGLESIA TENÍA TRES NAVES CON BÓVEDAS GÓTICAS…

La intervención de la cubierta de la iglesia del conjunto monástico de San Juan ha sido obra de los arquitectos José Manuel Barrio y Alberto Sainz de Aja de la firma BSA . En 2017 fue galardonada con el Premio Europa Nostra / Unión Europea del Patrimonio Cultural debido a:

 

«… un enfoque innovador para reutilizar una importante ruina y ha revitalizado el espacio para uso de la comunidad a través de eventos públicos y privados del museo. Este trabajo de alta calidad es de un diseño elegante y no intenta de ninguna manera replicar actuaciones anteriores. La solución no es invasiva pero ofrece una protección efectiva.»

 

El proyecto de cubierta para la ruina de la iglesia del Monasterio de San Juan protege los restos arquitectónicos de la iglesia y, al tiempo, crea un nuevo espacio público con cerca de 1.300 metros cuadrados a resguardo donde poder celebrar actividades culturales con independencia de las condiciones meteorológicas.

 

Adaptada a diferentes alturas, la nueva cubierta se pliega evocando la tipología eclesiástica de tres naves preexistente. La composición de planos vuela y se prolonga por encima de las coronaciones de los muros, reduciendo al mínimo los puntos de apoyo. A este plano plegado se le suman otros dos planos horizontales que cubren la zona del ábside y la zona noroeste. Todo este conjunto de planos pretende “flotar” por encima de la ruina como una estructura independiente dejando la percepción de los restos arquitectónicos inalterables.

 

 

La estructura independiente de perfiles de acero laminado queda oculta al exterior por el revestimiento de vidrio, y en el interior por un falso techo de lamas de madera. Este último material sirve como elemento de transición entre el carácter marcado de la ruina de la iglesia y la contemporaneidad de las líneas rectas y cerramientos vidriados.

El respeto a lo existente de esta propuesta se materializa también desde el punto de vista constructivo. Los planos que conforman la cubierta se prolongan más allá de los límites de la ruina, por encima de las coronaciones de los muros, con el objeto de garantizar la protección de los restos arquitectónicos.

 

 

Con el objetivo de afectar en la menor medida posible el sustrato arqueológico se ha limitado al mínimo los apoyos mediante pilares situados en la parte central; lo que también consigue una lectura más limpia y clara de lo que queda de monumento pues prácticamente no existen elementos que pudieran tapar u ocultar detalles de pilastras o portadas.

 

¿Y QUÉ ME LLEVÓ, POR FIN, A VISITAR EL MONASTERIO DE SAN JUAN?

La programación del Museo Municipal Marceliano Santa María tuvo que incluir un exposición sobre mi patrimonio fetiche (a saber: arquitectura defensiva) para que de una vez por todas visitara las ruinas de la iglesia del monasterio de San Juan.

Disfruté infinito tanto recorriendo los restos como viendo la exposición itinerante Arquitectura Defensiva en España organizada por la Asociación Española de Amigos de los Castillos, que estuvo hasta el 24 de abril en el monasterio de San Juan. Gracias a la disposición de 24 módulos retroiluminados, se aprende sobre la significación de los castillos en variadas facetas: valores históricos, simbólicos, técnicos, constructivos, estéticos, paisajísticos y turísticos.

Desconozco cuál será la siguiente parada de la exposición pero sin duda, el próximo lugar lo tiene difícil para superar en espectacularidad entre la arquitectura pasada y la presente, a la intervención en la cubierta para la ruina de la iglesia del Monasterio de San Juan (Burgos)… 😉

 

Fotos por reharq* salvo especificación en pie de foto. Abril 2018.
Fuentes consultadas: Burgospedia, Hispania Nostra, Arquitectura Viva y BSA arquitectura e ingeniería.
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