Berlín, regreso al futuro.
que me las creía feliz después de volver de La Habana, con mi cambio de armario
ya hecho, voy, y aterrizo en Berlín con
4 grados. Que estamos en mayo, hombre. Menos mal que, a mi regreso, el ‘Dios del Tiempo’ me recompensó recibiéndome en Barcelona con uno de esos días maravillosamente mediterráneos… 😉
bueno.
la gracia y lo que le hace irresistible. Porque para colmo, podríamos decir que
es bastante ‘tristongo’, su historia más reciente -que roza la barbarie humana (1, 2)– está
presente en cada rincón. Pero incluso te acostumbras a verla como algo intrínseco
a tu viaje y convives con su pasado reflexionando sobre nuestro futuro.
P
Perdí la cuenta de todos los kilómetros (andando, en metro (3) o
en bici) que pude recorrer durante aquellos cinco chulísimos días en Berlín.
Aún sigo dudando que Berlín tenga fin. Mis kilómetros más disfrutados, como te imaginarás, fueron los que hice en bici. Recorrer, a modo de gincana, cuatro de los grandes hitos arquitectónicos o
escultóricos repartidos por el Tiergarten (4) -un pulmón verde en el centro de
Berlín que en sus orígenes fue un coto de caza-, tiene su gracia. A saber: el
Bundestag (5), la puerta de Brandemburgo (6a), Monumento
de la Victoria (7a) y la iglesia Memorial Kaiser Wilhelm (que, como el 80% de Berlín, estaba en obras).
También perdí la cuenta de la cantidad de mercadillos, de
tiendas BONITAS, de ropa, de decoración, de cosas curiosas que descubrí. Y qué decir
de esos bares con sumo encanto que te sorprendían a cada paso. Mención especial
al schweinhaxen (codillo) del Tiergarten Quelle (8) y al White Trash Fast Food, un lugar cuya entrada
era un autobús antiguo (Sis, era como aquel donde te diste el porrazo padre),
su jardín -incluso con 7 grados- era precioso (9) y su interior un lugar fabuloso para
conciertos (10). Los baños estaban en la fábrica abandonada de enfrente. Así es
Berlín.
A este rico lugar, donde servían
unas hamburguesas deciliosas (a la foto me remito), puedes llegar dando un paseo
por el río Spree y atravesando el puente Oberbaumbrücke (11 y 12), restaurado por
Calatrava en 1994.
El fin de semana fue perfecto para pasárselo en la Isla de
los museos, investigar cual blogger entusiasta el Neues Museum y exprimir cual
curiosa el Pergamonmuseum (7a). Dejé los otros tres museos pendientes para mi
próxima visita (que LA HABRÁ) a Berlín. Un plan para el finde también fue aprovechar para recorrer
Berlín por las carreteras libres de coches con motivo del Maratón ‘Wings for
life World’ (13) que se estaba celebrando simultáneamente en más de 30 países. También opté por coger un metro dirección Ruhleben y conocer el Olympia-Stadion (14) y visitar la Unidad de Habitación
de Le Corbusier (15 y 16).
.
Pero es entre semana, cuando se experimenta mucho más la
ciudad. Observas que el lunes sigue
siendo un día perfecto para, tras salir del trabajo, llenarte de sol y/o de
cervezas (17) en el barrio de Friedrchshain donde sus viejos habitantes (18) comparten
sus calles con gente joven venida de todas las partes del mundo. O tener la posibilidad de comer junto a los creativos
que trabajan en el Kulturbrauerei, antigua fábrica de cervezas Prenzlauer Berg reconvertida
en centro cultural (de lo más animado) y
vivero de empresas (19 y 22). O mezclarte en alguna cafetería del barrio de Mitte con los
trabajadores que hacen su break a media mañana… Barrio, con una vidilla muy
chula, que también elegí para alojarme.
entrar directamente a la sección hoteles chulos by reharq. Recomendabilísimo por
su ubicación, confort y DESAYUNOS (ay, ay, ay). Además, está al ladito del ‘Check Point Charlie’ y de un
museo con su mismo nombre, que si bien no es uno de los más promocionados, a mí
me pareció fascinante porque estaba hecho con mucho mimo (era de una familia de
coleccionistas), con variedad de objetos peculiares, resaltando siempre sobremanera las
historias humanas… Además, abre todos los días y hasta las 22:00 horas.
Y por si fueran pocos todos estos motivos que te he relatado (más los que no caben en este post) es
genial esa sensación de desconexión cuando llegas a un país donde no entiendes
ni papa (bueno, miento, sabía que liebe era amor (22), pero justo-justo). Aunque
después de dos días, mi pasión por las palabras y yo nos divertíamos buscando
similitudes (que las tiene -y muchas-) con otras lenguas germánicas o románicas.
lo están construyendo; y lo que está en mal estado, lo están restaurando. Unos
tanto y otros tan poco… 😉 Donde cada rayo de sol, sale a celebrarse a la
calle como si fuera el último (21) .
Este es mi Berlín. Seguro que el tuyo es distinto pero igual de vibrante, ¿quieres contármelo? La sección de comentarios es toda tuya, ¡a mí también me encantará leerte!
🙂
Fotos por reharq* en mayo 2014
En reharq* no practico ni creo en ‘el corta-pega’. Valoro los trabajos de investigación, las fotografías y las opinones de los demás como si fueran las mías. Por eso siempre, nombraré y recomendaré la fuente, en el caso de que me base en material que no sea de mi propia autoría. ¡Haz tú lo mismo si tomas contenidos de este blog! 🙂
Querida Libe; iMPACTADA, de verte y leer todo lo lindo de tu viaje por Berlin, eres increible, preciosa, me encanta tu forma libre de vivir y hacernos sentir a tu lado, viajando con tus bellas narraciones de todo lo que ves a tu alrededor, siento como si estuvieramos cerca y recordando nuestro viaje, donde no dejaste ni un detale pendiente del mismo, gracias por ayudarnos a conocer mas de las ciudades , historia, lugares, personajes y mas. Un abrazo y un beso y por favor sigue con esa actividad que nos hace vibrar de alegria. Lillian to.
Qué comentario más entrañable, Lillian. MUCHAS gracias!
Ya sabes que vivir con intensidad 'me va bastante', por lo que las crónicas en reharq* de los viajes vibrantes 'casi que se escriben solas'.
No sabes cuánto me alegra que la magia de este blog haya logrado traspasar océanos y teletransportate a una ciudad europea!
Un abrazo tremendo,
Libe
pd: algo me da que tu comentario logrará, de nuevo, emocionar a mi madre… 😉 Gracias!